Hacia días que las lágrimas no brotaban de tus ojos. Reprimías gotas saladas congelándolas en tu interior.
Hoy tu corazón helado ha ignorado tus deseos y ha fundido cada una de las estalagtitas que guardaba convirtiéndolas en agua... Agua que has empezado a notar correr por tu rostro.
Cuando empezabas a sentir el desahogo ha vuelto a mandar tu cerebro negándose a expresar debilidad, transmitir tristeza... Secando tus ojos podías notar como quien lloraba ahora era tu corazón. Aún así has preferido que las lágrimas quedaran en él.
Ahora, ahogada entre emociones confusas y oscuros sentimientos te das cuenta de lo mucho que necesitas llorar sin ataduras, libertarte de tus males para poder sonreír de nuevo...
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